DEPURACIÓN
Desintoxicar el organismo se ha convertido en una necesidad debido a la alimentación moderna. El refinamiento de los alimentos implica la mayoría de las veces añadir conservantes, colorantes y otros aditivos necesarios para “embellecer” el producto y ampliar su periodo de caducidad.
Al comer ingerimos todos los aditivos que acompañan a los alimentos. Si nuestro organismo no logra deshacerse de ellos, éstos “entorpecen” el resto de labores del mismo y pueden acabar enfermándolo.
El cuerpo está formado por unos 37 billones de células, y todas y cada una de ellas debe ser nutrida para que pueda desempeñar su función. La célula utiliza los nutrientes que recibe para generar energía, un proceso que a su vez genera residuos. Tanto para alimentar a la célula como para limpiar sus deshechos, es necesario que todas las vías que llegan a la célula sean accesibles.
Pero… ¿quién se encarga de eliminar los deshechos celulares?
El sistema emuntorial, compuesto por el hígado, el intestino, los riñones, la piel, el sistema urinario y el sistema respiratorio, es el encargado de desintoxicar el organismo, eliminando toxinas tanto endógenas (producidas por el mismo) como exógenas (provenientes del exterior).
La piel excreta ácido úrico, dióxido de carbono y colesterol con el sudor.
Los intestinos se deshacen de los residuos de la comida a través de las heces.
Los pulmones expulsan dióxido de carbono regulando el ph corporal.
Los riñones hacen lo propio con el ácido úrico, entre otros, a través de la orina.
El hígado secreta el colesterol a través de los ácidos biliares.
Si el sistema emuntorial funciona correctamente, el organismo logra depurarse bien ya que la sangre, la linfa (líquido que está entre las células) y los tejidos están bien cuidados y limpios, condición indispensable para mantener una buena salud.
El sistema emuntorial se encarga de filtrar los nutrientes y de eliminar los residuos metabólicos. De los 5 órganos que componen el sistema emuntorial, hay 3 que están continuamente filtrando nuestra sangre: los pulmones, los riñones y el hígado.
El corazón hace que la sangre esté continuamente circulando por todo el cuerpo. Los 3 órganos anteriormente mencionados no para de funcionar mientras estamos vivos, y se calcula que pueden llegar a filtrar más de 6.000 litros de sangre cada día.
Si por alguna razón, alguno de estos órganos no funciona correctamente (las causas pueden ser múltiples), los residuos tóxicos se acumulan dentro de nuestro organismo en el espacio extracelular también llamado tisular y nuestras células mueren intoxicadas o, se transforman pudiendo llegar a mutar a células “cancerígenas”.
Los residuos tóxicos que más contaminan el organismo son producidos entre otras cosas por:
- Tomar productos refinados como el azúcar, las harinas y la sal
- Beber alcohol o bebidas carbonatadas
- Comer mucha carne y pocos vegetales crudos y frescos
- Utilizar productos de limpieza que contienen tóxicos
- Consumir medicamentos o tratamiento farmacológicos agresivos
- Los aditivos y pesticidas en los alimentos
- Respirar aire contaminado con el humo de tabaco o el de los coches
- Evitemos pues en lo posible todo aquello que nos aporta tóxicos.
¿Cómo podemos cuidar nuestro sistema emuntorial?
Aparte de evitar lo mencionado anteriormente, para cuidar nuestro sistema emuntorial, podemos además:
- cuidar los riñones bebiendo suficiente agua al día y tomando infusiones saludables,
- evitar el exceso de sal y usar sal marina sin más aditivos,
- cuidar los pulmones evitando el tabaco, el humo del tabaco y la polución de las ciudades en la medida de lo posible.
- utilizar productos de limpieza que no sean tóxicos
- evitar ingerir nutrientes tratados con pesticidas,
- aportar humedad a ambientes muy secos por ejemplo mediante humificadores para proteger nuestras mucosas,
- cuidar el hígado evitando el consumo excesivo de azúcar, de sal, de alcohol, de carne y de grasas animales.
- cuidar la piel masajeándola con un guante de crin y tomando duchas de contraste (calor-frío) terminando siempre con agua fría e hidratando a continuación la piel con algún aceite o crema natural libre de siliconas, parabenes o nanoplásticos,
- cuidar el intestino con una dieta rica en fibra que ayude a “arrastrar” los deshechos de la comida (frutas, verduras y legumbres).
- El agua juega también un papel fundamental y ayuda a regular el ritmo intestinal para la evacuación de las heces.
- Hacer ejercicio para remover las toxinas que están en el organismo, y evitar que se acumulen facilitando su expulsión.
Si deseamos realizar una depuración más intensa, existen terapias naturales que limpian nuestro organismo de manera mucho más profunda. Una de las vías de depuración que viene realizando la humanidad dentro de todas las religiones es el ayuno terapéutico que puede ser muy beneficioso para mejorar y hasta curar todo tipo de enfermedades inflamatorias y metabólicas agudas y crónicas.
Tradicionalmente, el ayuno y las terapias depurativas se realizan en primavera y/o otoño. Recomendamos realizar el ayuno Buchinger, un referente en el mundo entero, el cual prevé tres fases: una fase preparatoria o de reducción, fase de purificación con una alimentación puramente líquida a base de agua, zumos e infusiones y fase de ruptura del ayuno. El ayuno debe ir acompañado de actividad física moderada como senderismo, yoga, Qi-Gong o Tai Chi. También se pueden hacer terapias depurativas con la ayuda de suplementos. Pregúntanos si te interesa el tema.
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